Wednesday, February 27, 2008

Batuta en Mano

Ricardo Maldonado
Batuta en mano

Notitarde

Duró dos meses ininterrumpidos, día y noche, instalado en el rectorado, resteado, dispuesto a todo, con tal de lograr los objetivos propuestos en ese momento. Estaba en plena virulencia su sarampión socialista y, junto a su grupo de luchas izquierdistas, se sentía con la fuerza de cambiar el mundo, sintiendo en lo más profundo de su ser que era capaz de hacer realidad las teorías del marxismo - leninismo diseminado por el globo terráqueo.

La policía y el ejército del primer gobierno de Rafael Caldera, cercaron durante ocho días las inmediaciones de la Universidad de Carabobo, mientras las emisoras reseñaban la valentía de los estudiantes tomistas, quienes transidos de hambre se mantenían en pie de lucha. Al término del cerco, fueron a estrenar las celdas de la recién construida cárcel de Puerto Cabello. Con ellos, se llevaron los 19 camiones cargados de comida, que el pueblo solidario les había llevado a las puertas del recinto universitario que fue allanado en búsqueda de armas que no encontraron, porque era una lucha con ideas que bullían en las universidades, lideradas por jóvenes que pensaban arreglar el mundo, con gritos y consignas, sin disparar un arma, a través del "Poder Joven" que tuvo su gestación en Francia y se extendió a todos los países.

La formación de líder de Ricardo Maldonado González, hoy rector de la Universidad de Carabobo, donde sigue impartiendo clases, se remonta a la adolescencia, frescas las enseñanzas salesianas en el Santo Tomás de Aquino y el liceo Rafael Rangel, en su natal Valera, (Trujillo). A los 15 años se trasladó a Valencia a estudiar en la universidad donde su hermano José Luis había sido seleccionado en la Escuela de Medicina. Hoy es un "trujillano de Carabobo" con voz y voto como ciudadano y formador de juventudes.

Compartió su infancia entre los estudios y el fútbol. Se inscribió en el partido Copei cuando cursaba quinto año. Al llegar a Valencia se incorpora a la Juventud Revolucionaria Copeyana. Seis meses después pasa al Movimiento Radical Izquierda Cristiana, que seguía al cura colombiano Camilo Torres y abogaba un Jesucristo más al lado de los pobres. Luego de tres años se declara independiente. Reconoce que los años de militancia y el participar en luchas estudiantiles, le permitieron, aparte de su vocación por la docencia, la formación suficiente para que una vez graduado -Contador Público-, ocupando el primer lugar de su promoción, lugar que repitió con honor en el postgrado en Estados Unidos, siguiera pensando en esos grandes ideales para el país.

La conversación con el Rector de la Universidad de Carabobo se desarrolló en su despacho, en un ambiente de paz, rodeados de obras de arte, luz tenue y portarretratos, en perfecta armonía con el mobiliario, que reflejan momentos vividos en familia, con su esposa María Luisa de Maldonado y sus cuatro hijos. Hay otros dos que los muestra con el Papa Juan Pablo II en Roma, con Monseñor Jorge Urosa Savino. Llama la atención una pieza en cerámica, sobre la cual está escrito el Salmo 23.

Hurgando en los recuerdos nos cuenta que en plena efervescencia socialista, junto a su hermano José Luis Maldonado, eminente cirujano, presidente de la Clínica La Viña y otros estudiantes, fundaron 14 barrios en dos años, al sur de Valencia. Unas personas que habían sido desalojadas de unos terrenos, fueron a buscarlos a la universidad. Acudieron al sitio y acordaron con la Alcaldía de Valencia que ellos harían las mediciones, el censo, trazado de calles, reuniones con los vecinos y dispensarios. Fundaron La Castrera, Ruiz Pineda, La Fe, Simón Bolívar y otros sectores. Su hermano José Luis, en quinto año de Medicina, se mudó a un rancho de tabla durante año y medio, hasta que se graduó, atendiendo a la gente de la zona.

- Esa fue una época bonita, porque logramos ligar el trabajo universitario con el comunitario. La gente nos quería mucho.

Hoy está convencido de que la gran falla de este gobierno es que no tiene un proyecto de país y por no haber ideas de cómo hacer las cosas nos encontramos empantanados de una situación difícil. Advierte que los que vendrán después de Chávez deben entender que se necesita una visión compartida, donde la educación y la salud sean la cara del debate.

Este líder natural, cuya pasión es la educación y el fútbol - fue fundador de Valencia Fútbol Club-, ¿estará preparado para asumir la responsabilidad que la patria le exija? ¿Cómo?

Con un grupo de expertos economistas y sociólogos, establecería un plan económico y social para 15 ó 20 años, montado sobre el trabajo, que es lo único que reivindica a un pueblo. Declararía en emergencia el aparato educativo, desde el preescolar hasta la universidad, buscando mecanismos para financiarlo e involucrando a todos los sectores. Por otra parte, reconstruirá el aparato de salud pública. La salud privada es muy buena, pero hay que volverle a meter recursos a hospitales y ambulatorios.

Hay dos columnas básicas para este rescate del país: Educación y Salud y sobre ellas, el aparato económico. Debemos buscar una sociedad que no sea ni el capitalismo salvaje donde el dinero lo es todo, ni un socialismo planificado donde el Estado es el señor de todo. Serán los mecanismos de la democracia los que dirán si los que están gobernando deben seguir o no. Los pueblos cuando llega el momento de la verdad ven surgir a los líderes y este país tiene gente preparada y lo que se requiere son hombres con conciencia de país, de unidad y con muchos proyectos para salir adelante.

En cuanto al liderazgo, dice que hay que esperar el momento preciso: Cuando los sandinistas colmaron la paciencia en Nicaragua salió Violeta Chamorro de la cocina de su casa y se convirtió en Presidenta de la República.

Este admirador de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, de la poesía de Mario Benedetti, del Papa Juan Pablo II y las aventuras de El Fantasma, confiesa que encuentra su máxima felicidad cuando está frente a sus cien alumnos, todos los días a las 7 de la mañana en Faces, a quienes habla con un diminuto parlante. Jamás ha dejado de dar clases ni en los momentos más difíciles que ha tocado como decano o como rector. Le da a cada quien la parte que le corresponde.

- Enseñar es como una orquesta, si el director no lleva el compás, la orquesta no funciona. Hay que tratar de corregir las fallas de uno para que la orquesta siga tocando. Así piensa aquel niño que jugaba fútbol en Valera con unos kilos menos. Sigue, batuta en mano, enseñando este deporte a mil niños de Naguanagua desde hace cuatro años cuando fundó la Escuela de Fútbol Infantil para la UC, cuyo equipo es campeón en todas las categorías.

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